Las acciones de los gobiernos deben enfocarse en la creación de nuevos bosques urbanos como en la Reserva Thomas Van der Hammen, así como en el fortalecimiento de la estructura ecológica principal con acciones encaminadas a su restauración y rehabilitación. No es posible que ante las problemáticas ambientales que afectan la salud de los bogotanos como contaminación del aire, la ausencia de un sistema de drenajes sostenibles (SUDS), el déficit de espacio público de verde efectivo o de árboles por número de habitantes que presenta una ciudad como Bogotá haya pensando en talar, pues esa es la última opción que tiene un árbol cuando presenta un riesgo inminente para la comunidad.
Según Carolina Urrutia la actual Secretaria de Ambiente, la administración de Enrique Peñalosa taló más de 40 mil árboles. Haciendo un repaso de su gestión en materia ambiental observamos que entre los años 2016 y 2018, había talado 15.414 árboles, muchos de los cuales obedecieron a diseños de renovación paisajística, lo cual fue totalmente reprochable pues se trató de árboles sanos. La cobertura arbórea de la ciudad ha disminuido de 1.053 hectáreas del año 2011 a 1.004 hectáreas en 2018, esto indica el gran impacto que genera la eliminación del arbolado maduro pues los servicios ecosistémicos que prestan estos individuos no se suplen inmediatamente con la siembra de nuevos árboles, solo muchos años después y hasta que los jóvenes crezcan.
Además de lo ya señalado, la ciudad enfrenta otros retos, especialmente en épocas como ésta donde el sol radiante y las altas temperaturas registradas durante el día hacen que los cerros orientales sean vulnerables a los incendios como el registrado en el sector del Barrio el Codito. El cuerpo de bomberos de Bogotá tendrá alrededor de 8 estaciones con las que según el director de la entidad protegerán las 11.000 hectáreas de los Cerros Orientales, los de Suba y humedales de la ciudad. Esto no es suficiente sin la prevención y cuidados que debe tener la ciudadanía, para ello deben evitar la quema de basuras y/o material vegetal a cielo abierto, fogatas o arrojar elementos como vidrio y colillas de cigarrillo, entre otras.
De esta manera, pensando en la importancia que tiene el Acuerdo Distrital para la ciudadanía, es el momento preciso para que la Alcaldesa Claudia López en compañía de su gabinete y de las entidades competentes inicien su ejecución y cumplan con los compromisos establecidos en el acuerdo programático de la Coalición Por Bogotá que, en materia ambiental, tuvo como eje la necesidad de modificar la política de la antigua administración que promovía talas masivas e injustificadas afectando gravemente los espacios verdes y la Estructura Ecológica Principal, lo cual se podrá lograr a partir de la implementación de la “Estrategia Bogotá + Verde 2030”.
Celio Nieves Herrera
Concejal de Bogotá
Autor acuerdo 757/19 “Bogotá más verde 2030”